Esto que voy a contar aconteció hace relativamente poco tiempo, a la semana más o menos de volver de las emotivas y familiares fiestas navideñas.
En principio era un día normal y corriente como cualquier día universitario de nuestras vidas, nos levantamos a las 6:40 AM (sí, a las 7 menos veinte de la mañana, habéis leído bien, es que entramos a las 8 y salimos a las 14:15, es un horario en condiciones, no como algunos que se encuentran por ahi, véase por la zona universitaria de Viapol). Habíamos quedado a las 7:15 en el mapa de
Nos desplazamos a la universidad, llegamos con la hora más justa que los 12 que metió mi madre en su mini de joven, y viendo que la puerta estaba cerrada y que había tecnología electrónica (cuyo profesor es una especie de fusión entre el tío Gilito y el profesor Fry de futurama), para ahorrarnos las reprimendas del mismo, decidimos quedarnos en la sala de estudio.
La sala de estudio, ese nombre alberga unas dosis de ironía incalculables, ya que en el recinto puedes hacer de todo, desde copiar apuntes hasta jugar partidas al pro, pasando por hablar a gritos con el que esta en la otra punta de la sala, mirarle el tanga de encaje negro a la diosa de turno, o meter papelitos con símbolos nazis en tono amenazante en mochilas ajenas (que conste que todo esto me lo ha dicho un colega...). Pero estudiar es completamente imposible, tu puedes intentar hacer problemas, pero ponerte delante de una asignatura tocho (en nuestro caso materiales) y estudiar es imposible, ni siquiera yo con mi 122 de capacidad intelectual lo he conseguido. Así que decidimos ponernos a leer el Que!, y comentar la cantidad de noticias inverosímiles que vierte semejante medio informativo.
Después llegó el recreo, nos tomamos nuestro desayuno y subimos a clase. Tuvimos un par de horas de física con nuestro amanerado y feliz profesor, materiales, y llegó por fin la hora de matemáticas.
Nuestra carrera, al ser una ingeniería, necesita de unas matemáticas consistentes, para pulir una base necesaria de cara al futuro, por lo que las clases son muy intensas, casi sin tiempo siquiera para respirar, y ese pequeño tiempo para respirar nos lo permiten porque los cerebritos de
Una vez explicado esto, nos encontramos en clase dando el Polinomio de MacLaurin, y en mi fila de asientos nos encontrábamos de izquierda a derecha Jose "El Megáfono", Vilches "El sevillista", Javieeh "El personaje" (si, imaginaos como será la cosa para que nosotros le llamemos el personaje), mi compañero de fatigas y yo.
Pues bien, ya que el año pasado me pusieron mirando hacia Almensillas en
Julio: A ver...¡Callarse ya! Lleváis así toda la hora, los cinco (sabía que me metía en el saco).
Jose : Vale Julio vale.
Julio : Vale vale no, lleváis así toda la hora, si no os interesa la clase, cogéis y os vais al horno a tomarse unas cervezas. Es más si queréis yo os las pago, tomad.
En ese preciso instante sacó un billete de 20€. Lo posó encima de la mesa y siguió explicando.
Andrés : Illo...que nos da veinte euros por irnos de su clase...
JM : illo mamón, como vamos a irnos de su clase...
Yo creo que es un hito sin precedentes en la historia de la universidad que un profesor le pague a sus alumnos por que se vayan de la clase. Sin duda, porque estamos en crisis, y queráis o no, tenemos un corazón que no nos cabe en el pecho, por lo que decidimos seguir en clase los 10 minutos que quedaban, y dejarle el dinero para que se lo gastase en su familia, que seguro que lo necesitaría más que nosotros, ya que no nos gusta la cerveza y no era plan de malgastarlo tontamente en algo que ni nos va ni nos viene...
Dj Presso sesión verano-otoño!!!!
http://www21.zippyshare.com/v/25316858/file.html
Para descargarlo donde pone "download link: download" es donde hay que pinchar
lunes, 26 de enero de 2009
Dominando al profesor
viernes, 23 de enero de 2009
Reflexiones de un enfermo
Después de un tiempo de inactividad en el blog debido a los exámenes de la universidad, en los que aun me veo inmerso, pero debido a la enfermedad que padezco, me es imposible estudiar más de 20 minutos sin entrarme mareos y necesitar tumbarme como necesita un pez el agua…o mi compañero de fatigas sus 14 comidas diarias.
Concretamente padezco una enfermedad denominada en la jerga medicinal como “inflamación de los senos del cráneo”, me viene derivado de una alergia dormida, que aun no me ha dado la cara, por lo que me entra la citada enfermedad, que para los de
Y claro, tanto tiempo rascándote el escroto cansa, por lo que comienzas a rascarte el prepucio, pero como también acabas cansado de eso…uno personalmente, echa mano de lo que al fin y al cabo nunca le va a fallar, ese 122 de cociente intelectual, y me pongo a pensar.
Y he pensado la cantidad de inútiles que tienen por funcionarios en este país. Ya comenté en su día el tema de la conserjería y de información (como manejaban la ironía los que le dieron el nombre a este último, seguro que eran de nuestra tierra, de Sevilla Este), pues bien, hoy he ido al médico para que me recetase algo contra la sinusitis, ya que no puedo permitirme estar sin estudiar en una señora ingeniería, y mi tarjeta de la seguridad social no iba. Total, voy al punto del centro médico que se llama “atención a la ciudadanía” (si si, un nombre muy bonito), y nada más tocar mi turno, veo que por lo pronto la mujer que me atiende es rubia, con esto no quiero discriminar a nadie, la fama que tienen no se la he dado yo…y para variar, le comento el problema que me sucedía, ¿y a que no sabéis qué? Que no me solucionó una mierda, es más, no tenía ni puta idea de porqué ocurría eso con mi tarjeta, lo único que hacía era arremolinarse los tirabuzones rubios, cosa que me puso de mala una mala ostia que lo flipas, mientras hablaba con su compañera de al lado, pasando completamente de mi persona, tuvo que venir una señorita morena, de muy buen ver…a la que yo no había visto en mi vida…y que por supuesto no tiene nada que ver con lo que estoy contando, pero bueno, estaba buena, y como me lo callase explotaba.
A final de cuentas, me han mandado a Ronda Capuchinos…pero vamos a ver miarma…si no puedo estar si quiera 20 minutos de pie o leyendo porque me mareo y me cago al suelo…¿cómo quieres que vaya hasta allí? Pues nada, me fui consternado al máximo, y esa mujer, tan tranquila, con sus ovarios de platino, y a final de mes poniendo la mano y chupando del bote. Así va el país, fracaso escolar…con el consecuente futuro descenso del índice de matriculación universitario…y claro, incompetentes que aprueban Dios sabe cómo unas oposiciones y ya se quedan ahí cuales parásitos, chupándonos a todos la sangre, ya que cobran de nuestros impuestos, y la verdad…D. Celestino Corbacho (para quien no le conozca, es el Ministro de Trabajo), no le sería más rentable al país, para intentar subsanar la crisis, ahorrarse esos sueldos de algunos impresentables (ojo, digo algunos, no todos), y colocar ahí una máquina que haga sus veces, que seguro es más rápido, efectivo, y no te mira con mala cara.
Bueno, necesitaba desahogarme, y cómo no puedo salir de mi casa, he aprovechado este espacio personal (por momentos mi ensarnamiento me ha recordado a Jesús Alvardo hablando acerca de los periodistas de Sevilla y Mosquera).
En cuanto pase mi enfermedad y los exámenes volveremos con más historias, entre ellas…el reencuentro del comando carranza en fin de año…esto promete…