Las "clases" de religión

Lo que ahora voy a narrar, puede poner en serios aprietos mi reputación con respecto a mis padres y mi niquelada educación en un colegio de curas, concretamente en la zona geográfica denominada Santa Clara, en el Colegio San Agustín .
Con ese nombre, no creo que halla que tener un coeficiente intelectual de 122 como el mío para deducir que la educación que daban en ese centro académico iba encaminada hacia la senda del amor al prójimo, a la vez que ensalzar los valores del compañerismo, la amistad, la confianza y demás valores humanos que todos deberíamos de tener, pero que desgraciadamente, no sabemos si porque los políticos son unos incompetentes, nosotros unos conformistas, porque el crudo no para de subir, porque los planetas se alinearon y se produjo una conjunción astral o cualquier razón que se os pueda pasar por el talento (para los de la LOGSE por la cabeza), cada día se reflejan menos en nuestra sociedad.
Bueno, una vez terminados los preliminares (hablando en terminos bloggeros, la puesta en escena), las clases de religión en nuestro colegio eran como en cualquier colegio agustino del mundo (cabe reseñar que los agustinos están por todo el mundo, en el famoso Caso Gescartera perdieron mas de 6000 millones de pesetas), bastante aburridas, pero claro, cuentan como cualquier otra asignatura, por lo que hay que aprobarla.
Ese año en 3º de ESO nos tocó de profesor un cura joven, con gafitas, mas tierno que el muñequito de Michelín, y tenía la capacidad de mirar a dos sitios distintos a la vez, debido a la posición que ocupaban sus capacidades oculares, su nombre era el Padre Luis Reyes. Nosotros por aquel entonces éramos jóvenes de 15 años, un volcán de hormonas en ebullición, como una manada de ñus huyendo de las leonas [ver foto que adjunto al post para ver las caritas que teníamos, Andrés(el único con gafas negras por la zona superior izquierda) era todo un "canijo" y yo (el de las gafas plateadas y camisa negra )mas bien era toda una "bolita"]. Y claro está, ese curso es el que pega el corte para aquellos que de verdad llegarán a bachiller sin problemas, y aquellos que les costará la misma vida, empezando por pelearse con 3º de ESO por 2º año consecutivo. Había personajes tales como Javi Cabeza (no hace falta que explique el porque,¿no?), Arturo Mejías, el otro Arturo (era repetidor y la verdad que tras aquel año no se nada más de su paradero), Pablo Gutierrez (hombre capaz de comentar que la capital de España es Barbate a nuestro profesor de sociales), Gonzalo (sisi, el de la polilla), Abraham (el mismo que apuraba el peinado al máximo), Jesús Flores (aunque parezca mentira es su apellido), Daniel Leal (a quien le debemos nuestro carnet de conducir, gracias a que su padre fue quien se atrevió a montarse con nosotros en el coche cuando en la vida habíamos pasado de los coches locos de la feria), y un elenco de cracks en el que obviamente nos incluíamos nosotros.
Pues bien, con sus clases, coincidía Educación Fisica, con sus respectivos macutos, Plástica y sus carpetas tamaño A-3, y claro, nosotros que teníamos más guasa que la madre de Dani Rovira (mirar en youtube "Mi familia y yo" por si alguno pese a la advertencia de mi brother aún no lo ha hecho), y claro, eso es como poner en la puerta de un centro de desintoxicación un estanco...LA dureza de la disciplina que mantenía ese hombre rallaba los límites de la pasividad, por lo que blanco y en botella, hacíamos todo tipo de perrerías, llegando incluso a montar barricadas con mochilas, macutos y carpetones que alcanzaban una estatura superior a donde llegaba mi flequillo por aquel entonces, miraba a mi izquierda y veía ese amago de pirámide del MachuPichu superarme en altura y pensaba, que grande somos...el pobre hombre, que solía darse vueltas por los pasillitos que había entre los pupitres, al ver tan magnífica obra de arte no le quedaba otra que darse la vuelta y seguir su camino.
Cabe señalar que en un examen de ese mismo curso, de esa misma asignatura, no se por qué, pero toda la gente de la clase sacamos entre un 7,25 y un 8,25 fiufiu (quien no me tenga en el Messenger, que sepa que "fiufiu" es la onomatopeya del muñequito silbando), todos menos Jesús Benito Nogales, que una de dos...o no estudió, o no le dió por preguntarle a sus compañeros mas cercanos en lo que a la clase se refiere, véis, el compañerismo si lo asimilamos bien, de algo tenía que servir el dineral que se gastaban nuestros padres en nosotros desde que levantábamos un escaso metro del suelo.
Se le hizo alguna que otra perrería más, pero la verdad que no merecen mencionarse en el blog debido a lo fuera de lugar en la que se encontraban, desde aquí solo decir en defensa de mis compañeros y mía, que todo lo que hicimos por aquellas fechas era fruto de la inmadurez y la lucha por hacernos con el cargo de machos dominantes del colegio (cosa que conseguimos, como he dicho en muchas ocasiones, tenemos los Huevos de Oro,) hoy día personalmente al recordarlo me río, pero pienso, ¿cómo podíamos ser tan subnormales?