ZoNa 4'DaY (AnDrE)

Con esta historia que me dispongo a contar me estoy jugando el cuello con mi progenitora madre, ya que esta historia no le hará mucha gracia ya que me costo una bronca y de las gordas con ella, pero para que veáis mi implicación con la Web, la voy a publicar.

Estamos hablando de hace unos 4 años, cuando tenía yo 16 creo recordar y por aquel entonces frecuentaba mucho la casa de mi amigo Eduardo Lagares, allí en San Pablo. Esa noche Eduardo me propuso un plan nocturno, el cual era ir a la discoteca Zona 4, en San José de la Rinconada (hoy se le denomina Van Gogh, en la cual hay otra historia que contar que será próximamente), pasando la noche en su parcela de Tarazona (vecino del mismísimo Farruquito, que tiene una casa allí, este chavalito que se sacó el carnet en la tómbola). La salida iba a estar compuesta por Eduardo, su primo Mastro (un artista de la vida todo hay que decirlo), los Mellis (dos personas exactamente iguales las cuales tarde en diferenciarlas un año entero juntándome con ellos, responden al nombre de Víctor y David), Ale (una persona capaz de estudiarse 72 folios en una hora, un prodigio de la naturaleza) y un servidor. Yo muy tonto por mi parte, cogí y le dije a mi madre que iba a pasar la noche en la parcela de Edu, lo cual no ponía impedimento alguno y yo con toda la poquísima vergüenza salí de mi casa con un macuto en el cual debajo del pijama y ropa de repuesto, llevaba unos zapatos, una camisa y unos vaqueros…

Una vez en la parcela de Edu, la tarde fue amena, bañándonos en la piscina, jugando al futbol…Hasta que llegó la noche y nos dispusimos a irnos a la discoteca antes mencionada en el coche de Mastro, ese Citröen Saxo con un bombo que ya lo quisiera Haze para cualquiera de sus videoclips callejeros. Nos cambiamos en la casa y nos fuimos para allá con nuestro correspondiente lote de cacique (ahora te puedes meter en http://www.caciqueorigen.es/ y reservar una botella en una de las muchas discotecas sevillanas, totalmente gratis junto con cuatro amigos más, doy fe de ello que ya lo e hecho^^). Bien llegamos allí los 6, que la verdad no recuerdo yo ahora mismo como pudimos caber seis personas en ese coche tan limitado espacialmente. Nos pusimos primero fuera, a bebernos el lote todos juntos como bueno hermanos, y en este instante el artista de la vida, Mastro, hizo unas de las acciones más impresionantes que yo he presenciado, de buenas a primeras este hombre estando todos con las típicas tonterías de un lote previo a entrar en una discoteca cogió un hielo de nuestra bolsa, lo lanzó hacia arriba y con un sutil toque de pie, lo metió en una papelera que había a unos 10 metros de nosotros…IMPRESIONANTE. La noche transcurrió dentro de lo normal, fue la ostia vaya, entramos en la discoteca por supuesto, la discoteca enorme, tengo que decir que era la primera vez que iba a una discoteca de noche, por lo que estaba muy flipado.

A la hora de recogernos, la idea no era volvernos a la parcela ya que nos cogía muy lejos de la discoteca sino dormir en la casa de Edu de allí de San Pablo y yo ya volverme al día siguiente a mi casa. Bien, una vez dejados cada uno en sus respectivas casas Mastro nos dejó a Edu y a mí en casa de Edu. Llegamos, nos cambiamos y a dormir (tengo que decir que la hora de llegada a casa de Edu pudo ser sobre las 7 de la mañana, este apunte es muy importante, ya veréis el por qué). Yo me eché a dormir directamente, no hubo ni tocamientos por parte suya ni mía.

Tras llevar ya un rato dormido en la cama, me desvelo. Me desvelo con mi correspondiente resaca y al despertarme lo primero que llamó mi atención fue que era de día, (cuando nos acostamos todavía no había amanecido aún), busqué algún reloj por la casa pero no hallé ninguno, así que supuse que serían ya sobre la 1:00 PM. Siendo la hora que era y que no tenía ganas ninguna de volver a mi casa aún, decidí llamar por teléfono a mis padres para decirles que me quedaba a comer en casa de Edu. Al llamar lo cogió mi padre después de bastantes tonos, lo cual me resultó extraño, tenía una voz taciturna, plomiza, pero yo le hablé tan normal, “¿Papá que me voy a quedar en casa de Edu a comer vale?”, (después de varios segundos de reflexión por su parte), “Vale hijo, hasta luego”. Colgué me volví a echar en la cama y tras 10 segundos echado sobre la cama sonó el teléfono, sobresaltado fui a por él, lo cogí y desde el otro lado del teléfono se escuchó a mi madre diciendo, “¿Se puede saber donde estás niño?” , el tono utilizado por mi madre no fue el más amigable que digamos a lo cual me quedé sin habla. Acto seguido mi madre viendo que no respondía lanzó una pregunta fulminante, “¿Tú sabes qué hora es?”, a lo cual yo respondí que no, que no lo sabía, entonces me dijo, “pues haz el favor de mirarla”, en ese momento comencé a buscar verdaderamente y no como lo había buscado antes un reloj, miré en paredes, estanterías, en el cuarto, cocina, pero no había un puto reloj en toda la casa, así que pensé en el teletexto de la tele, lo puse le di al teletexto y eran….las 8:15 AM…había dormido tan solo una hora y cuarto. Se me calló el mundo encima en ese momento, si había algún momento en el que quieres que la tierra te trague, creedme que este era uno de ellos. Al volver a hablar con mi madre y decirle la hora que era, la monumental que me formó por el teléfono solo se la pueden imaginar los que ya conocen a mi madre (tengo que decir que entiendo perfectamente el mosqueo de mi madre, las cosas como son). Así que tras colgar el teléfono recogí mis cosas y me dirigí a las 8:30 AM a mi casa en autobús. La que se montó al llegar a mi casa, os lo podéis imaginar.

Se puede decir a día de hoy, que esta historia marcó un antes y un después en mi vida…